La infidelidad, viéndola desde un
sentido netamente religioso, es un pecado y la biblia señala que una
persona puede pecar de pensamiento, palabra, obra u omisión y
por ende un hombre puede ser infiel de cuatro maneras, todo
esto según la biblia claro está, capaz usted encuentra una
quinta o una sexta.
La infidelidad por pensamiento es quizá
la más inocente de las maneras de ser infiel pero que a una mujer le
resulta igual de dolorosa, el hecho de que su marido se imagine
teniendo sexo con otra no es el mejor de los cumplidos para una mujer
y mucho menos si el objeto de deseo del hombre es la vecina o una
amiga de la mujer. La infidelidad por palabra de un hombre se da
cuando miente, aunque nadie en su sano juicio confesaria que ha
sido infiel, seria contraproducente, así que la
infidelidad por palabra oculta algo aún mayor, es una
consecuencia más que una causa.
La infidelidad por obra es la
infidelidad en su máxima expresión, esto no se trata de fantasear
sino de hacer y para una mujer esto incluye incluso decirle cosas
bonitas a otra mujer aunque sabe que puede ser algo mucho más
grave, si alguien va a ser infiel que lo sea de una vez por
obrar, así el castigo será bien recibido. finalmente tenemos
el pensamiento por omisión y las mujeres sienten especial afecto por
este tipo de pecado, después de todo una mujer es como un
policía, siempre anda investigando, el pecado por
omisión es aquel dónde el hombre omite alguna información que no
le resulta agradable o conveniente, aunque sea responder no a
sí la chica que pasó por el frente nos gusta, esta
infidelidad es de la que se apoya la mujer para montar su caso,
cuando descubre todo lo primero que hace, como abogado, es
recordarnos las veces que negamos u omitimos cierta información.
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